En Nochebuena, las únicas criaturas que se mueven por la casa son las hadas buenas que distribuyen juguetes a los niños. Con los años, las tradiciones locales europeas de brujas voladoras se han mezclado con las de los santos, y se han adecuado fechas hasta llegar a la figura universal que domina las escuelas, los comercios, la televisión y la prensa durante unas seis semanas del año: Santa Claus o Papá Noel. En el poema de Clement Clarke Moore, An Account of a Visit from St. Nicholas, 1822, se recopilan siglos de cultura sobre las hadas: la barba blanca, el traje rojo, volar de noche y aterrizar sobre los tejados, hacer sonar campanillas, los ciervos ( amantes de la seta alucinógena roja y blanca de las hadas ).
Papá Noel -según las leyendas escandinavas sobre Nisse, el hada de las granjas- tiene una enorme plantilla de laboriosos elfos vestidos de verde, diligentes como enanos y que ayudan a fabricar y envolver los regalos y cargan el trineo. También se asocia con el espíritu de las hogueras, por sus descensos por las chimeneas, estimulado por galletas y pastes de carne, algo caliente, y un cuenco de agua y zanahorias o algún cereal para sus ayudantes. Está demostrado que hasta el más incrédulo de nosotros acepta la entrada de los sobrenatural en nuestra casa en determinados momentos del año.
Papá Noel -según las leyendas escandinavas sobre Nisse, el hada de las granjas- tiene una enorme plantilla de laboriosos elfos vestidos de verde, diligentes como enanos y que ayudan a fabricar y envolver los regalos y cargan el trineo. También se asocia con el espíritu de las hogueras, por sus descensos por las chimeneas, estimulado por galletas y pastes de carne, algo caliente, y un cuenco de agua y zanahorias o algún cereal para sus ayudantes. Está demostrado que hasta el más incrédulo de nosotros acepta la entrada de los sobrenatural en nuestra casa en determinados momentos del año.