Entra en el bosque encantado,
tú que te atreves.
Bajo las hojas no hay más daño
que el que produce el vaivén de las olas.
Que tu corazón cante con la alondra,
camina junto al ratón y la lombriz,
aprecia a tu hada.
Únicamente si temes la oscuridad,
si tiemblas, desaparecen:
miles de ojos encapuchados
atrapan tus cabellos.
Entra en el bosque encantado,
tú que te atreves.
sábado, 22 de mayo de 2010
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