Haz esta meditación un día tranquilo, al aire libre, cerca de la flor con la que quieras contactar, o en el interior, con una maceta o flores secas. Si puedes imaginar tu flor con mucha nitidez, el simple poder de tu mente te conducirá al mundo de las hadas florales.
MÉTODO
- Relájate totalmente, tal y como se describe en la Introducción y concéntrate en tu flor.
- Parece que crece cada vez más, ¿o eres tú que te haces cada vez más pequeño? Tu entorno se vuelve borroso y la niebla te envuelve. Te haces consciente de la filtración de la maravillosa fragancia de la flor. Todo es confuso, como si estuvieses ligeramente intoxicado.
- La neblina se despeja gradualmente y vez que la escena que te rodea ha cambiado. Ahora estás en un jardín rodeado de un espeso seto verde. Ves caminos que salen del jardín: uno baja a un río que corre por verdes valles; otro se dirige a un bosque sombrío y a una cascada repleta de cantos de pájaros; otro se dirige a una colina sobre la que hay un castillo con banderas ondeando en los torreones. Te das cuenta de que estás en un mundo encantado, donde el tiempo no significa nada.
- El jardin está lleno de flores de todos los colores y descripciones, pero sobre todo, hay una gran profusión de la flor que has elegido. Es brillante, vibrante, boyante; todas las flores son perfectas. Mientras la contemplas, oyes una risa armoniosa en la atmósfera.
- Un ser sale por detrás del seto. Es el hada de la flor, vestida del color de la flor, y es la criatura más exquisita que hayas visto jamás. Riendo, te hace señas. La sigues rozando las flores y agachándote bajo las ramas de los árboles. Te lleva a una parte del jardín en la que tu flor crece con especial espesura. Va cogiendo una flor tras otra, y cada vez que lo hace sale otra nueva. Dispone las flores para ti en una graciosa guirnalda; después, hace un collar y esparce más flores a tus pies. Su fragancia te envuelve y una música maravillosa sale, aparentemente, de las mismísimas flores.
- El hada floral te invita a bailar, y eso es lo que haces, sintiéndote tan grácil como tu mágica compañera. Las flores te han liberado de los límites de tu humanidad y formas parte de la tierra y del cielo, como ella. Baila, canta (si quieres) y habla con el hada floral. No te sorprendas si tienes ganas de reír alegremente.
- Ha llegado el momento de abandonar al hada floral. Agradécele su compañía y regresa a la zona del jardín del principio. La neblina coloreada te envuelve una vez más y se va despejando lentamente hasta que te encuentras de nuevo en el mundo cotidiano.
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